martes, 8 de octubre de 2013

Rv: Una nueva Asociación impulsa la Biblioteca Pública en el Huila


----- Mensaje reenviado -----
De: Biblioteca Nacional de Colombia <prensabnc@mincultura.gov.co>
Para: jorgealbertobaron@yahoo.es
Enviado: Lunes 7 de octubre de 2013 11:52
Asunto: Una nueva Asociación impulsa la Biblioteca Pública en el Huila

Boletin BD



Boletín 73
Una nueva Asociación impulsa la Biblioteca Pública en el Huila
Mauricio Riveros de la Asociación Leer la Vida
La Asociación Leer la Vida, con sede en Neiva, ha propuesto ponerse al servicio de las Bibliotecas Públicas de la región, al tiempo que difunde los contenidos de la Ley 1379 de enero de 2010. 
Neiva (Huila). Octubre de 2013. Mauricio Riveros es inquieto, está bien informado y tiene un repertorio de frases célebres y de historias muy cortas que le permiten captar la atención de su público, sea cual sea. No en vano ha hecho teatro desde hace más de veinticinco años, lo que le ha servido, además, para convertirse en promotor de lectura. 
Sentados a una pequeña mesa afuera del hotel Tumburagua, en pleno corazón de Neiva, Mauricio explica su más reciente aventura: la creación de la Asociación Leer La Vida, cuyo lema es trabajar por la Biblioteca Pública y su futuro. "Queremos velar y apoyar el desarrollo de las Bibliotecas Públicas del Huila", explica, "y con ello contribuir al desarrollo de las Bibliotecas Públicas en el país". 
El origen de la Asociación es la respuesta a una paradoja: capacitados por un programa promovido por el SENA y el Ministerio de Cultura, por medio del cual se busca que los bibliotecarios del país -quienes en un alto porcentaje no cuentan con formación bibliotecológica- fortalezcan sus conocimientos en lo relacionado a la gestión de sus bibliotecas, el grupo del Huila pensó que su permanencia en las bibliotecas estaría asegurada. Pero no fue así. La formación comenzó en agosto de 2011, dos meses antes de la elección de alcaldes y gobernadores que iniciarían su periodo en enero de 2012. 
Debido a que la de bibliotecario es una posición altamente politizada, muchos de quienes recibieron la formación debieron salir de sus cargos en cuanto las nuevas administraciones asumieron funciones. La duda entonces se apoderó de Mauricio y de sus compañeras: ¿cómo garantizar que las bibliotecas estén a cargo de personas con la formación y la visión que corresponde a un bibliotecario? O, al menos ¿cómo hacer para que los recursos invertidos en capacitaciones no se desperdicien con el movimiento de fichas que suele presentarse con los cambios en la administración pública a nivel local?
Asunto de ley
La ley 1379 del 15 de enero de 2010, "Por la cual se organiza la Red Nacional de Bibliotecas Públicas y se dictan otras disposiciones", es clara en afirmar (Artículo 16) que "(…) quien dirija y administre la biblioteca pública deberá acreditar el título profesional, técnico o tecnológico, de formación en bibliotecología o acreditar experiencia o capacitación en el área (…)". Debido a que se trata de una ley muy joven y a que no existía nada semejante en el país en materia de bibliotecas y lectura, no todos los colombianos son conscientes de su importancia. 
Riveros lo explica a su manera: "en municipios como Palermo, Huila, donde fui bibliotecario, podemos encontrar que la cultura se concentra en las fiestas patronales, sin prestar mucha atención a otros asuntos". Con otros asuntos se refiere a la biblioteca, que en los cuadros en los que se diseñan los planes de desarrollo municipales solo recibe una cuadrícula. Yonathan Ortíz, actual bibliotecario de Palermo y quien es cercano a Riveros enfatiza: "la cultura se entiende como fiestas de pueblo y aunque esta vez alcanzamos a meter la biblioteca en el plan de acción, ¡solo nos dieron un cuadrito!".
"Es algo cultural"
"Es algo cultural", responde Riveros cuando se le pregunta por qué es tan frecuente esta situación. "Las desigualdades sociales y el hambre no permiten que se piense mucho en los temas culturales", dice. "Y por otro lado, los alcaldes pertenecen a la misma comunidad, no pueden ser un producto distinto al pueblo y nuestro pueblo apenas comienza a preocuparse por el tema de la lectura".
A lo anterior hay que añadir el hecho de que la comunidad no siempre conoce los canales que le permitirían tener incidencia en los planes de desarrollo. Riveros lo plantea  a su manera: "a pesar de los esfuerzos de divulgación que hace el Ministerio de Cultura y la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, muchos de nuestros municipios no participan en las convocatorias que se hacen porque desconocen cómo elaborar un plan, un programa o un proyecto adecuado, según el caso". 
Pese a lo anterior, Riveros y sus compañeras no se desaniman. "Aunque no hay mucho posicionamiento de los bibliotecarios y son cambiados frecuentemente, debemos observar que ya recibimos un título de tecnólogos en gestión de bibliotecas, lo que nos deja en capacidad no solo de presentarnos a las convocatorias, sino de mostrar ese camino a otros colegas bibliotecarios". De ahí que junto a cinco colegas de la región, Riveros decidiera constituir una asociación que adquirió estatus legal el pasado 6 de febrero. 
"La Asociación Leer La Vida es realmente nueva", expresa Riveros, "pero no por eso carece de experiencia; sus socias y socio somos todos tecnólogos en gestión de Bibliotecas públicas (Convenio Biblioteca Nacional – Sena) y todos tenemos más de cinco años en el medio. Hemos trabajado como bibliotecarias y promotores de lectura, hemos participado en proyectos de algunas de las bibliotecas del departamento y en especial con la Biblioteca Departamental".
El Plan Nacional de Lectura y Escritura y el bichito de la lectura 
Según Riveros, el Centro poblado de Santa Ana, la vereda Palacio, cerca al páramo de Sumapaz, y otras diez de sus setenta veredas, han sido tocadas ya por el bichito de la lectura. "Queremos que les dure la moda y vamos a seguir apoyando al Alcalde para que siga presentando proyectos para la Biblioteca al Plan Nacional de Concertación. Es que no podemos desilusionarnos a pesar de las dificultades porque la experiencia de los últimos diez años con el Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas ha sido un acierto".
La Asociación es consciente de que cada municipio y cada bibliotecario tiene una responsabilidad muy grande frente al Plan: "Queremos cultivar el recurso humano, ir cambiando un poco esa idea de que la cultura se reduce a trago, baile y sanjuanero durante las fiestas de San Pedro". Para lograrlo, se han propuesto montar talleres de fomento a la lectura, diseñados para distintos grupos poblacionales y edades distintas podríamos decir que tienen éxito, pero, el éxito estaría en la continuidad para hacer que las comunidades se empoderen y apropien de sus Bibliotecas. Nosotros estamos empezando, y sabemos que tenemos que aprender todavía mucho, pero por eso participamos de eventos como el Seminario Biblioteca Escuela organizado por la Biblioteca Nacional. Estar actualizados es parte de nuestro deber".
La Asociación, única en su género en el Huila, tiene un largo camino por delante, además de que debe sortear escollos de orden normativo. Riveros es claro al señalar una contradicción: "hemos descubierto que las políticas de emprendimiento y la Ley 1014 de 2006  no tienen el alcance para tocar a la Ley 80 de contratación pública y todas sus reglamentaciones, porque para los asesores jurídicos el tiempo de experiencia es impajaritable y mientras no podamos contratar, no podremos certificar nuestra experiencia". 
En el último trimestre la Asociación se encargó de formular varios proyectos que deben empezar a desarrollarse durante lo que queda del año y en el 2014. Sin embargo, con el Municipio de Colombia, Huila, la Asociación no pudo realizar un convenio por falta de experiencia. "Eso no impidió que el bibliotecario de Colombia y el Alcalde contrataran nuestros servicios individuales en la realización de talleres de fomento a la Lectura para la zona rural del segundo municipio más grande del País" aclara Riveros.
Las condiciones están dadas: el país cuenta con una ley estructurada y pensada para fortalecer y permitir el desarrollo de las Bibliotecas Públicas. Iniciativas como la conformación de la Asociación Leer La Vida demuestran que desde las regiones es posible complementar la labor iniciada por el Ministerio de Cultura y que por medio de los mecanismos adecuados, la visión de las administraciones locales puede enfocarse cada vez más en las bibliotecas.
Sergio Zapata 
Comunicaciones
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